jueves, 7 de abril de 2011

DE MI CABEZA A LA TUYA.


Paso demasiadas horas al día pensado, más bien reflexionando, sobre ciertos temas que, creo, son de relevancia para todos.

Por eso me he animado a plasmar todas esos pensamientos en forma de vaivenes volátiles en una hoja ficticia, pero intuyo, más fructífera.
Las ideas son para compartirlas, para crear reflexión, debate y finalmente enriquecernos de la diversidad de opiniones. Eso es lo que espero con todo esto que nuestros pensamientos vuelen de una cabeza a otra.

Creo que lo primero que mereces como lector de esta parrafada es que te de las gracias por tu interés, lo segundo que recibas una explicación por el título del blog.

Quien me conoce un poquito sabe que lo que más me interesa son las temáticas sociales. Y si pensamos bien en el término social al final llegamos a la conclusión de que social es familia de sociedad, y sociedad es todo, o mejor dicho, sociedad SOMOS TODOS.El otro tema primo hermano son los Derechos Humanos. Y bueno, alrededor de esto se mueve, y se marea, mi cabeza.

En cuanto al título. Creo que los derechos están vestidos de rojo. Rojo sangre, sufrimiento y desgaste, aunque también rojo pasión de aquellos que se dejan la vida en la lucha por su cumplimiento. Yo quiero pintar los derechos y la sociedad de blanco.
No sé cuantas veces habrás pintado una pared. Yo desde mi poca experiencia, recuerdo haber pintado una color blanco sobre la anterior, azul cielo. Creo recordar que las capas de pintura fueron 3, y es que el blanco requiere esfuerzo, tiempo e impecabilidad.
Con el rojo pasará lo mismo. Si queremos ver un blanco puro necesitaremos ver manos esforzadas, tiempo invertido y vidas entregadas.

¿te atreves?


Loida

1 comentario:

  1. Pues es cierto. Alguien decía que para que el mal triunfe sólo hace falta que los buenos no hagan nada. Yo me he dado cuenta de que para hacer lo malo no hace falta esforzarce, ni practicar, ni entrenar, ni ensayar. Pero hacer el bien.... nos cuesta la vida. Que el Señor nos ayude a ser capaces de perder aunque sólo sea un poquito de nuestra vida para que el mal no triunfe, como Él hizo, que puso su vida por nosotros. Bendiciones

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