miércoles, 29 de febrero de 2012

Vaqueros desgastados, una moda que se cobra vidas.

Desde hace algunos años los vaqueros con aspecto desgastado están de moda y eso todos lo sabemos, lo que no sabemos es que detrás de esta moda se encuentran vidas arruinadas, y no sólo vidas, si no muchas muertes.
La técnica del desgaste de los pantalones vaqueros se conoce como "sandblasting". El sandblasting consiste en el tratamiento de la tela vaquera hasta su desgaste a través de la aplicación de un chorro de arena a presión.

Hasta aquí todo bien, el problema es que este tratamiento se realiza de forma manual y sin ningún tipo de protección ni prevención para los trabajadores. Las consecuencias de estás condiciones han derivado en que muchos de estas personas han desarrollado una enfermedad pulmonar incurable, la silicosis, que en muchos casos provoca la muerte.
Lo más impactante de todo esto es lo siguiente.
Existen otras técnicas para desgastar vaqueros que no amenaza la salud de los trabajadores y sigue dando el aspecto tan "fashion" que tanto nos gusta, la cuestión es que estas técnicas no son baratas y como el dinero sigue valiendo más que las vidas de personas las grandes marcas de los países del Norte siguen aprovechándose de aquellos que se buscan la vida en los países del Sur.

Ante casos como este parece que nuestra ayuda es prescindible, pero no lo es. y un ejemplo claro es el de miles de personas que se unieron en acción colectiva y que tras 9 meses de lucha han conseguido que la marca de moda italiana Versace, reconociera los riesgos letales del sandblasting, comprometiéndose a la prohibición de esta técnica en la fabricación de sus vaqueros.


El cambio comienza por la conciencia, la conciencia nos lleva a la acción y la acción a la justicia.


Gracias por leer.

Loida





miércoles, 22 de febrero de 2012

Made in China

Siempre que compro algún producto miro su procedencia, sobre todo suelo hacerlo con la ropa.

Gracias a la globalización (léase con ironía), todo lo que compramos está realizado con productos cuya materia prima proviene de en un país, se modificó en otro, se trabajó en el hemisferio opuesto y acabó usándose donde viven los ricos, si, si, donde vivimos los ricos.
Por eso nuestra ropa viene de Tailandia, China, Marruecos, Pakistan...

Pero no sólo es con la ropa, es con todo. Aunque creamos que nuestros muebles, esos que nos han costado tan baratos porque los montamos nosotros mismos y tienen un diseño muy nórdico, vienen de Suecia, estamos equivocados, vienen de China, si no sólo hace falta que lo compruebes en la etiqueta de ese cojín que todos tenemos, bueno, que todos los ricos tenemos.

La verdad que por mucho que te esfuerces en ser justo con lo que comes, compras y llevas puesto parece que es un circulo que al final no puedes evitar, pero, en mi opinión, es peor ser parte del problema que intentar ser parte de la solución.

Estoy convencida de que realmente podríamos cambiar muchas problemáticas del mundo, de lo que no estoy convencida es de si estamos dispuesto a hacerlo. El cambio depende de todos pero ¿estamos dispuestos a renunciar a nuestra comodidad?

Hoy os dejo este libro, que podéis descargarlo de la siguiente web, es gratis y corto, y sobre todo es muy real.



Gracias por leer.

Loida